viernes, 4 de enero de 2008

A(Dios) Sotana




Y después de largas noches de insistencia, logro lo que tanto anhelaban sus dedos, despojarla de todas sus prendas y dejarla al fin desnuda, con la piel expuesta a su ojos.
Pero abajo del vestido no había nada, y debajo del sostén no habían senos, debajo de las medias, no habían piernas, debajo del zapato no habían pies…
Solo quedaba en el aire esa fragancia a pétalos de flores, a piel joven. A un poco de primavera con tierra húmeda. El cura decepcionado recordaba su oficio, tomaba la Biblia para confesar los pecados que el “nunca” cometería en la espera de que esta mujer etérea se dignara a visitar la capilla de Dios.
Y precisamente porque Dios existe le mando al travesti del pueblo a cautivarlo con su aroma a cerezo. Y la carne débil "puritana" se dejo caer. Fue así como esta “señorita” le mostró a los fieles, el hombre que se escondía bajo esa sotana, o el pecado que se escondia bajo el cuerpo, el demonio oculto bajo la tela, que años atrás cuando apenas ella era un [niño] lo había atacado, dejando una cicatriz invisible de por vida. Hoy irreconocible a los ojos del cura, tan bella como una mujer verdadera, interrumpe la misa y con una sonrisa en los labios de triunfo le grita: bienvenido padre, y que los Ángeles lo curen del Sida.

1 comentario:

Anónimo dijo...

esto esta pa hacer un corto