
Cuando me dijiste ese día que me esperarías, nunca creí que fuera literal...
La pena se pasa pensé, y sin temores ni cargas ajenas me fui de tu lado.
Se ama una vez en la vida - fue lo último que me dijiste.
Entonces tengo mil vidas dentro de mi cuerpo- te respondí.
Y no te extraño, pero es que nunca e tenido tiempo de extrañar.
Mientras, tú te congelaste en la espera de que yo cambiara, recubriste con barro las arterias del corazón, y atascaste a fuerza de rocas lo que los hombres llaman vehemencia.
Pero volví arrepentida muy tarde, porque apenas intente besarte, se te desmorono la piel a pedazos, tu cuerpo se deshizo frente a mis ojos y me quede con tus muñecas a ferradas a mis manos. Eras polvo. y yo también lo soy.
Soy polvo en los ojos de los hombres, y una vez que estos se limpian se horrorizan de lo que hay dentro de mi.
Por eso me fui Querido…me fui a tiempo.
Porque cuando la polvareda se va, ahí recién…recién aparece lo Real.